La vida para el ser humano es un proceso tan misterioso y complicado que se ha escrito innumerables veces acerca de ella. Pero suele ser, cuando llegamos a la adultez, el momento en el cual empezamos a cuestionar permanentemente su significado. Reflexionamos mucho, usualmente después de sufrir algún evento desafortunado: ¿Quién soy? ¿Qué quiero hacer en mi vida? ¿Estoy haciendo lo que quiero hacer? ¿Soy feliz? ¿Soy una mejor persona cada día? ¿Sé hacia dónde quiero ir o siento que la vida me lleva, como la pluma de ave que flota al final de la película “Forrest Gump”? ¿Cómo es en realidad el proceso de aprender a vivir como se debe? ¿Aprendo solo por ensayo y error o alguien me enseña?
En éstas líneas, me gustaría referirme a tres figuras destacadas del mundo de la tecnología, la literatura y el deporte: Steve Jobs, Bertrand Russell y Jim Valvano. Cada uno de ellos dijo, escribió o expresó algo del significado de la vida con lo cual me he sentido identificado durante mucho tiempo, con su perspectiva particular. Muchas de sus palabras y acciones han servido para enmarcar mi proceso interior e intenta resolver, al menos en parte, el problema de saber cómo proceder de forma correcta ante los hechos de la vida.
Steve Jobs y el tiempo
Steve Jobs, visionario de la computación y fundador de la empresa Apple, dijo en su discurso dirigido a los graduados de la Universidad de Stanford de 2005, lo siguiente: “Tu tiempo es limitado. No lo pierdas viviendo la vida de otra persona”. Así como a él, muchas personas opinan que lo que haces ahora no es lo que deberías estar haciendo, pero el hecho de saber que diariamente das lo mejor de tí, es algo reconfortante. Siento que la vida debe verse a través de nuestros propios ojos y actuar con firmeza, sabiendo que hacemos indudablemente lo que nos apasiona. Creo que tener conciencia del uso de nuestro tiempo es fundamental para aprender a vivir de una mejor manera.
Bertrand Russell y tres pasiones sencillas
Las palabras de Bertrand Russell, el gran filósofo británico y ganador del premio Nobel, las cito así: “Tres pasiones sencillas, pero irresistibles, han gobernado mi vida: el anhelo de amor, el deseo de conocimientos y una insoportable piedad hacia los sufrimientos de los hombres”. El amor propio y hacia los demás, es algo que intento fervorosamente que sea uno de los pilares de mi vida, independientemente de las circunstancias vividas. Un sentimiento tan bonito y valioso como ese, lo vale. De igual forma, tener hambre de conocer los misterios que el Universo tiene para nosotros es importante para mí. Finalmente, la empatía que siempre debemos cultivar y mantener frente a las aflicciones de la sociedad actual no debe faltar en una filosofía de vida que se preocupe genuinamente por el prójimo.
Jim Valvano y un día maravilloso
Y un ejemplo deportivo no podía faltar, una disciplina en la cual se puede ver reflejado el carácter de quienes lo practican. El famoso entrenador de baloncesto universitario Jim Valvano, ya fallecido, expresó en un discurso de aceptación de los premios ESPYS de 1993 lo siguiente: “Si en cada día de tu vida puedes hacer estas tres cosas, tendrás un día maravilloso. Ríe, piensa y conmuévete hasta las lágrimas”. Su historia de vida como paciente de cáncer puede ayudarnos a entender que era lo que él realmente veía como premisas fundamentales y nos invitaba a aplicarlas en nuestras propias vidas.
La interrogante permanente de aprender a vivir
La vida es corta, preciosa, todo un tesoro y un mar de infinitas posibilidades. La pregunta de cómo debemos transitar esta fase terrenal de la mejor forma posible no tiene respuesta aún, pero debemos tener la voluntad de seguir intentando conocerla. Para hacerlo, podemos predicar con el ejemplo, cuestionarnos cada día, cultivar nuestra mente, corazón y espíritu a través del estudio y hacer el esfuerzo de dejar nuestra impronta en cada tarea a la cual nos dediquemos. Ejemplos para seguir hay muchos.
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